miércoles, 3 de abril de 2013

EL POLÍTICO JESÚS REYES HEROLES


 OBED ZAMORA SÁNCHEZ

Cronista Vitalicio de Tuxpan Veracruz

El escrito que a continuación se presenta es un fragmento de un capítulo dedicado a este magnífico político tuxpeño en el libro TUXPAN, CRÓNICAS DE SU CIUDAD Y PUERTO.

                En el panel realizado en nuestra ciudad sobre  La vida, la obra y su tiempo, de Jesús Reyes Heroles”. Auditórium de la Unión Regional Ganadera del Norte de Veracruz, Federico Reyes Heroles, destacado analista político e hijo de Jesús Reyes Heroles, no pudo asistir y envió esta carta que me tocó el honor de leer en un auditórium abarrotado por la clase política de nuestra ciudad el  8 de Mayo de 2005.
Jesús Reyes Heroles en Tuxpan, con el Gobernador Rafaél Hdz Ochoa y  Alberto Arango de la Huerta.

ACOTACIONES A LA MITOLOGÍA

                Comienzo con una disculpa: mi corazón quería estar en Tuxpan. Mis obligaciones me llevaron justo hacia el otro litoral. Agradezco a todas las autoridades la invitación en particular a Ramón Rodríguez Rangel  a Miguel, Paco y Guillermo su entusiasmo. Queda pendiente la visita.

                Entiendo el encuentro como una reunión de amigos, de amigos de una figura tuxpeña, de un personaje de la política  nacional, de una mente universal. Pero dada mi condición resultaría por lo menos incomodo dar un testimonio más sobre lo evidente a todos: la capacidad de JRH, su pasión por el  quehacer político, su amor a México. He decidido por ello seguir otro camino.

                Jesús Reyes Heroles es hoy ya un referente obligado de la historia nacional contemporánea. Lo es para quienes lo conocieron y para quienes no. Podría yo relatarles la infinidad de personas que se acercan  a decirme yo conocí a Reyes Heroles. Y a mi pregunta en donde solo recibo respuestas cuando fue director de PEMEX o cuando estuve en Gobernación o lo que sea. Nunca lo conocieron personalmente. No mientan, simplemente creen haber compartido algo con el de lo cual Reyes Heroles ni idea tenía. Un grado más arriba se encuentran los muchos que dicen hacer trabajado con Reyes Heroles y que en realidad trabajaban en la misma dependencia pública. El orgullo de haber coincidido con un jefe  así hace que todo mundo se sienta con el derecho a decir “trabaje con él” está bien, la condición humana es muy particular.

                Así, con el transcurso del tiempo se ha ido conformando alrededor de la figura de Jesús Reyes Heroles una autentica mitología que por supuesto también ha dado margen a algunos farsantes y mentirosos. Nunca olvidaré al fanfarrón que me dijo haber estado en el Yate de Reyes Heroles cuando el personaje no tuvo ni una canoa  ni interés alguno de andar flotando por los mares. Otro caso insuperable es el de un gran cínico que se   molesto conmigo cuando me permití poner en duda que hubiese compartido 18 hoyos de golf con Reyes Heroles. Simplemente imaginármelo con zapatos especiales, cachucha y haciendo un swing me provoca risa. Reyes Heroles puede satisfacer muchos caprichos de la imaginación, pero todo tiene un límite.

                Hay en cambio una serie de atributos reales que la gente con el tiempo ha ido olvidando. A algunos de ellos voy a referirme.

                Reyes Heroles era un hombre muy estudioso todo mundo habla de su inteligencia, pero de tanto recalcarla pareciera que se trató de un atributo natural. Por supuesto era una mente muy brillante, pero sobre todo era una cabeza alimentada sistemáticamente con lo mejor. Iba a las librerías y pepenaba carros de libros que después revisaba, descartaba muchos para descubrir alguna joya en la cual quedaba atrapado. Cada mes había que entrar a su recamara con cajas a sacar libros que se encaminaban a su clasificación en la biblioteca. Para lograr esa condición que ahora con facilidad la gente atribuye a su inteligencia, se necesitaban infinitas horas de lectura nocturna. 

                La una, las dos, las tres de la mañana no importaba si había tenido que ir de gira o si tenía que levantarse temprano, Reyes Heroles nunca dejo de estudiar. Claro por eso les daba veinte y las malas a sus congéneres por que el, si estudiaba y mucho.

                En sus descansos y vacaciones jamás hubo yates o golf siempre fueron libros y más libros. Quedarse por las mañanas en la cama con un café frió y un vaso de agua mineral sumergirse en un clásico, pensamos en Baltazar  Gracian, era quizá el momento de máximo deleite del personaje. Auténticamente descansaba haciendo adobes. Lo recuerdo los domingos en la mañana, debajo de la mimosa, siendo director de PEMEX, trabajando sobre Mariano Otero. Repito: el señor estudiaba y mucho. Hoy eso excepcional, es una costumbre que muchos no conocen. Reyes Heroles era un gran conversador. Pocas cosas gozaba tanto el personaje como tener charlas inteligentes. Podía quedar la tarde entera en una sobremesa con una condición: que es dijeran cosas inteligentes. Porque así como era apasionado para debatir era  desesperado cuando se decían tonterías. Prefería pararse e ir a platicar con Quevedo un libro. Era muy intolerante con la estupidez lo cual lo convertía por momentos en un ser poco sociable. No escatimaba en los calificativos, es un buen hombre, pero muy tonto. Tonto sería con damas presentes, otra la palabra de haber estado entre varones, porque las palabras altisonantes solo las soltaba entre varones y le molestaba profundamente que la regla no se cumpliera.

                Con frecuencia cuando se dice que Reyes Heroles era un gran político queda la sensación de que tenía una habilidad extraordinaria para la maniobra. Creo que algo se torció en el camino. Si ser gran político supone poder imaginar jugadas de cuatro o cinco bandas, Reyes Heroles no era un gran político. De hecho era muy tosco en sus planteamientos, rudo en la forma de lanzar sus propuestas, decía las cosas sin ambages y no andaba con segundas intenciones, ni con grandes cálculos. Sus enemigos institucionales sabían perfectamente que tenía en mente porque además no se lo guardaba. Así fue con el Sindicato de PEMEX, con  el SNTE o con Luis Echeverría. Si la habilidad para engañar es el eje de un gran político, Reyes Heroles no era un gran político. Una persona que le dice al Presidente de la República si tu hermana hubiera sido varón ya lo hubiera moqueteado, no es exactamente muy calculador. Un Secretario de Gobernación que le dice en público a su jefe el Presidente, que quien gobierna para todos no gobierna para nadie, no es un hombre prudente.
                 El verdadero atributo que lo hizo un gran visionario es que establecía un rumbo, la reforma política por ejemplo y navegaba incansable hacia allá dispuesto a tolerar todos los embates. Llevaba la renuncia siempre en la punta de la lengua como arma para nunca perder la dignidad. Pero por ejemplo en el caso de Carbonell en Veracruz, Reyes Heroles decidió renunciar a la presidencia del PRI, largarse como una reacción provocada por sus principios. No fue sino hasta la madrugada en una larga conversación que se convenció, con Maquiavelo  en la cabeza, que debía existir una fórmula para arrastrar en la caída al aspirante. Así surgieron las inexistentes  declaraciones sino mal recuerdo, a Ángel Trinidad Ferreira de “Yo como veracruzano no voté por él”.

                Reyes Heroles era un hombre de una moral muy rígida y precisamente por ello no toleraba a los inmorales. Un día comíamos en un restaurante cuando se acerco un hombre mayor, con una salud evidentemente precaria quien con voz cargada de cariño le dijo Jesús que gusto verte. Yo me levanté como por acto reflejo y Reyes Heroles permaneció sentado, no le dio la mano y tampoco soltó una frase amable como sería cómo has estado o algo así. Solo, de nuevo, le reclamé su actitud y sin consideración alguna respondió, -Todavía hay clases morales, ese canijo es un corrupto, que esté viejo y fregado no lo vuelve santo-. Reyes Heroles despreciaba  a los inmorales y se los hacía saber.

                Todo mundo sabe que Reyes Heroles no era creyente. Lo que pocos saben es que ese defensor incansable de la separación estado- iglesia, ese admirador de Juárez que se enfrentó a López  Portillo cuando Juan Pablo II decidió comenzar su primera visita justamente en Guelatao después de ser trasportado en el avión presidencial esos eran fueron deseos,  ese mismo individuo era un gran lector de temas religiosos. No era extraño encontrarlo leyendo a Jaques Maritain por ejemplo.

                Termino. Es la primera ocasión en la vida en que pongo por escrito o intento acotar algunas de las extravagancias que la mitología le cuelga hoy a Reyes Heroles. En el fondo era un tipo bastante sencillo, de gozos muy terrenales como un buen whiskey una buena platica y por desgracia muchos cigarros. Yo interpreto esa mitología como resultado del contraste; es tal la ausencia de verdaderos hombres de estado, es tal la ignorancia de muchos de nuestros dirigentes,  es tal la frivolidad que merodea, la falta de principios  que desnuda a muchos, que la figura de Reyes Heroles se agiganta y con merecidísima razón. Ojala y sirva de referente a los jóvenes que deben saber que se puede ser muy diferente.

                Una última no era tan bueno para el dominó como algunos dicen, pero eso si como le gustaba.

Buenas noches y muchas gracias.


REFERENCIAS

·         -Panel sobre “La vida, la obra y su tiempo, de Jesús Reyes Heroles”. Auditórium de la Unión Regional Ganadera del Norte de Veracruz: invitados Guillermo, Chao Ebergenyi, Paco Rodríguez Cano, Federico Reyes Heroles, Miguel Basañez Ebergenyi y Obed Zamora Sánchez. 8 de Mayo de 2005.