viernes, 3 de septiembre de 2010

ALVARO OBREGON



EL MEJOR ESTRATEGA DE LA REVOLUCION
EL MANCO DE SANTA ANA DEL CONDE Y NO DE CELAYA



PRIMERA PARTE

En vísperas de conmemorar el centenario de nuestra revolución, continuamos recordando muchos de sus acontecimientos y desde luego uno de los más importantes es la figura del General Álvaro Obregón cuya vida y su trayectoria militar es verdaderamente sorprendente.

Nació el General Obregón en Siquisiva, Navojoa. Sonora un 19 de Febrero de 1880 hijo de agricultores alamenses, fueron sus padres Francisco Obregón y Cenobia Salido; muy jovencito trabajó en la Hacienda Tres Hermanos de Huatabampo y en el Ingenio de Navolato, iniciando asi su gran vocación por la agricultura, mas adelante fue profesor en Moroncárit y aquí finaliza esta primera etapa de su vida cuando se dedica a las faenas propias del campo, En 1903 desposa a Refugio Urrea que muere prematuramente dejándole dos hijos: Humberto y Refugio. Para 1905 adquirió un rancho en las márgenes del río Mayo al cual bautizó con el curioso nombre de Quinta Chilla. En Hermosillo se vuelve a casar el 2 de marzo de 1910 con Maria Tapia y procrea con ella su numerosa familia, Álvaro, María Alba, Mayo, Fco, Cenobia y Ariel.

En el año de 1911 inicia su carrera política al ser nombrado Presidente Municipal de Huatabampo y en 1912 el gobierno de Sonora, lo nomina con 300 hombres a su mando, para integrar el 4° Batallón Irregular de Sonora, combate además de la rebelión orozquista y en otros sitios más, por lo que es nombrado Teniente Coronel. Este es el inicio de una fulgurante Carrera Militar,

El General Álvaro Obregón a raíz de la Decena Trágica se incorpora totalmente al combate en contra del usurpador Victoriano Huerta y entra de lleno al movimiento revolucionario. Asi va conquistando en el norte plaza tras plaza, derrotando a las fuerzas federales, siendo sus batallas más destacadas, Nogales, Cananea, Naco y queda subordinado, el 19 de abril de 1913 al Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, posteriormente después otras batallas como la de Santa Rosa teniendo ya 33 años es ascendido a General Brigadier y después de ponerle sitio al puerto de Guaymas después de verse con Venustiano Carranza en el Fuerte y Hermosillo es nombrado Jefe del Cuerpo del Ejército en el Noreste, demostrando que era ya un brillante soldado.

Enumerar todas las grandes batallas y combates del General Obregón seria además de prolijo, muy extenso, por lo que analizaremos en adelante las más importantes y destacadas, antes de llegar a ser el Presidente de México.

Después de haber sido un vencedor en la casi totalidad del Noreste Mexicano el General Obregón inicia su marcha al centro del país, el 14 de Julio de 1914 Victoriano Huerta había ya dejado la Presidencia de la República y marchó al exilio, siendo Francisco Carbajal al que dejó Huerta en ese cargo, quien telegrafió a Álvaro Obregón para pactar la rendición de la ciudad de México, contestándole el Comandante del Ejército del Noreste, que el único que podía pactar esa proposición era el Jefe del Ejército Constitucionalista: el General Venustiano Carranza. Al llegar a Teoloyucan el 10 de Agosto y autorizado por Carranza, firma los tratados que dieron por concluida la administración huertista y disolvieron al ejército federal. Después de haber tomado varias plazas en su ruta a la capital al fin el dia 15 de agosto de aquel año y al frente de 15 mil hombres entra Obregón triunfante a la Ciudad de México.

Por otra parte el 20 de Agosto de 1914 (un año verdaderamente histórico en el conocimiento de esta Revolución) Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, toma posesión como Presidente de la República y Obregón parte a Chihuahua para dialogar con Pancho Villa cuyas diferencias con Carranza lo llevaron a estimular una crisis política y militar en Sonora. -Indudablemente que esto fue un preámbulo de la constante enemistad del Centauro del Norte con el Gral. Obregón,- el cual estuvo a punto de ser fusilado dos veces en su intento de conciliar a los villistas y que estos concurrieran a la Convención de Gobernadores y Generales Revolucionaros instalada en México. Ni Villa ni Zapata asistieron y además desconocieron al Gobierno del Presidente Carranza. Trasladada la Convención a Aguascalientes que previamente había confirmado en sus funciones al primer mandatario; pocos dias después la Convención, regresó a México habida ya la representación de Villa y Zapata en la misma y declarándose soberana. El 6 de noviembre de 1914 es desconocido el General Venustiano Carranza, nombrándose a Eulalio Gutiérrez Presidente provisional el cual nombró Jefe de las Operaciones Militares al General Francisco Villa dando inicio a la guerra de facciones tan conocida. Al avanzar la División del Norte a Mexico, Carranza sale de la capital e instala su gobierno en Veracruz y nombra a su vez al General Obregón Jefe de las operaciones militares para combatir a los Convencionistas, derrotando primero a los Zapatistas en Tecamachalco y tomando enseguida la ciudad de Puebla. Entra nuevamente a la ciudad de México evacuada por el enemigo.

Los capitalinos opusieron una severa resistencia civil a los constitucionalistas, Obregón encarceló clérigos, puso a barrer las calles a los comerciantes que no cooperaban con el movimiento, mandó a restituir el tramo de Ferrocarril entre Pachuca y Apizaco para ligar a Querétaro con Veracruz, sin tener que pasar por México. Juró no cortarse la barba hasta liquidar a Villa.
(Enciclopedia de México Tomo X Pág. 5947-49)

LA BATALLA DE CELAYA

Entre el 6 y el 15 de abril de 1915 una fracción de la División del Norte, mandada personalmente por Pancho Villa, fue derrotada en Celaya por el Ejército de Operaciones del General Álvaro Obregón. A pesar de la derrota, el Centauro del Norte logró replegarse en orden hasta León, donde reorganizó su ejército y reconcentró sus fuerzas. Canceló la ofensiva contra Tampico y el Noreste, (Ver Noreste de Poza Rica: La Batalla del Ébano 23 de Mayo de 2010. Pág.8-B) hacia donde el Villismo dirigía sus esfuerzos principales y dejó en manos de los carrancistas el teatro de operaciones de Jalisco.

Por supuesto, el general Obregón reforzó su ejército con tropas de Jalisco, Michoacán, Veracruz y otros lugares, y los famosos “Batallones Rojos” de Orizaba, Puebla y la Ciudad de Mexico, hasta sumar cerca de 30,000 hombres, con los que ocupó la estación Trinidad, entre Silao y León, en torno a la cual formo un inmenso cuadro defensivo para resistir el ataque del grueso del mejor ejército - hasta entonces- de la Revolución: la División del Norte, en la que sería la batalla más grande y sangrienta de la historia de Mexico. Con los movimientos realizados por las infanterías de Obregón para ocupar las posiciones designadas, inicio el 29 de abril de 1915 la batalla de Trinidad y Santa Ana del Conde.

Entre el 29 de abril y el 31 de mayo hubo una serie de combates parciales en los que ambos ejércitos se movían con extremada cautela buscando que el enemigo se gastara y mostrara un punto débil sobre el cual golpear con decisión. Finalmente, el 1 de junio empezó a romperse el equilibrio, cuando Pancho Villa concibió una audaz maniobra envolvente con la que intento forzar el fin de la batalla. El 2 de junio el ejército de Obregón quedó rodeado por los villistas y aunque algunos generales, sobre todo Francisco Murguía, insistían en tomar la contraofensiva de inmediato, Obregón se negó, esperando para hacerlo a que el enemigo agotara su empuje y debilitara sus líneas.

El dia 3 de junio, Obregón, acompañado del general Manuel M. Diéguez y de los oficiales de su Estado Mayor (Francisco Serrano, Aarón Sáenz, Jesús M. Garza y otros), visitó las posiciones de Murguía, fortificado frente al enemigo en la hacienda de Santa Ana del Conde. En el campanario de la hacienda, el general Obregón explicó al bravo e impaciente Murguía el plan del contraataque que empezaría al dia siguiente, consistente en una ofensiva emprendida por rumbos opuestos, combinada con un ataque a la retaguardia villista efectuado por las tropas que Fortunato Maycotte y Joaquín Amaro tenían en Irapuato.

Una vez ajustado el plan para la acción del siguiente día (que los hechos inmediatos obligaron posponer para el dia 5), Obregón, con los oficiales de su Estado Mayor, avanzó hacia la línea del frente.

Faltaban unos veinticinco metros para llegar a las trincheras escribió Obregón en sus parte oficial “cuando sentimos entre nosotros la súbita explosión de una granada, que a todos nos derribó por tierra. Antes de darme cuenta exacta de lo ocurrido me incorporé, y entonces pude ver que me faltaba el brazo derecho y sentía dolores agudísimos en el costado.” (El hecho ocurrió en la Hacienda Santa Ana del Conde y no en Celaya

Vio correr tal cantidad de sangre que se dio por perdido, y aturdido por la impresión, queriéndose ahorrar los dolores de la agonía, desenfundó su pistola y se disparó un tiro en la sien, con tan buena fortuna que no había bala en la recamara. Entonces el teniente coronel Jesús M Garza reaccionó con prontitud arrebatándole el arma. Los oficiales, angustiados, sacaron al general de la zona de peligro mientras uno de ellos, el coronel Aarón Sáenz corría a toda velocidad en busca del doctor y coronel Jorge Blumm, jefe de los servicios médicos de la división de Murguía quien le aplicó al caudillo la primera curación. Después ya en el Cuartel General, el médico personal de Obregón, doctor Enrique Osornio lo sometió a una larga intervención quirúrgica.

Aarón Sáez registró en su diario, esa misma tarde, la brutal impresión que causo a los oficial del Estado Mayor de Obregón la mutilación de su idolatrado jefe y su inmediato intento de suicidio.

Murguía envió de inmediato a su médico personal a atender al general en jefe y tras la primera curación, Sáez entro al cuarto de la hacienda donde descansaba el caudillo de Sonora:

“Llegue al cuarto donde Mi General estaba, recostado en un sofá, la mano izquierda sobre su frente, pálido, sereno, aguantando aquel dolor con un estoicismo digno de su raza, sin volver la mirada, sus ojos fijos al cielo y los médicos vendando su brazo: no me di cuenta de aquella escena, fuera de mi contemplaba ensimismado aquel espectáculo que no podía saber si era de vida o de muerte, desfalleciente vi una y muchas veces aquella frente serena, aquella mirada fija, aquel mudo estoicismo, aquel hombre mimbrado de gloria y de inmortalidad y fijaba mis miradas en él como para sentir su aliento, su vida, su inspiración y quise hablarle, pero no… el momento era solemne y aquel recinto, que pareció tétrico y sombrío, más que un abismo, pareció sobreponerse a mi ánimo, a mi espíritu y me pareció ver en aquellos momentos el fin de la vida, de la Revolución, de la gloria de la Patria, arrebatando a aquel hombre su vida, su cerebro, su esfuerzo el general Murguía se acercó. Fumaba. Mi General le pide su cigarro y sereno, impávido, fuma, teniendo aquel cigarro en su mano izquierda y sin alterarse, sin precipitarse, habla, dirigiéndose a Murguía: “Si ve al Primer Jefe, dígale que caí cumpliendo con mi deber”. (Obregón entre la Vida y la muerte: Pedro Salmerón Sanjinés, Revista Relatos e Historias en México Marzo de 2009 Año l N° 7. Págs. 20-23)

PIES DE LAS FOTOGRAFÍAS

1.- General Álvaro Obregón el gran estratega de la Revolución Mexicana

2.- El Presidente Francisco I. Madero y sus Generales Revolucionarios.

3.- El traidor Victoriano Huerta, derrotado por las fuerzas del ejército constitucionalista.

4.-General Victoriano Huerta- El Varón de Cuatro Ciénagas- Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y una de las figuras más importantes de la Revolución.

5.- General Francisco Villa Comandante en Jefe del mejor ejército la Revolución “Los Dorados de Villa”, derrotado por Obregón en Celaya en 1915.

6.-General Emiliano Zapata el Caudillo del Sur desconoció junto con Villa a Carranza sin asistir a la Convención de Aguascalientes.

7.- Panorámica de la ciudad de Celaya Guanajuato escenario de la más sangrienta batalla de la revolución en 1915.