domingo, 9 de diciembre de 2012

JOSE LUIS RIVAS ESTÁ EN TUXPAN

--MA. GABRIELA ZAMORA ESCUDERO-

TUXPAN  VER A 9 DE DICIEMBRE DEL 2012  




A un mes y días del fallecimiento de mi padre, Dr. Obed Zamora Sánchez, tuve la inmensa fortuna de desayunar con el poeta tuxpeño Jose Luis Rivas, acreedor de muchos premios por sus hermosos poemas y también traductor de importantes obras literarias de talla internacional. Su mas reciente traducción "La Violación de Lucrecia de W. Shakeaspeare" está en estos momentos siendo representada en España por una gran actriz originaria de ese país, Nuria Espert , es un poema dramático en forma de monólogo, dirigido por Miguel del Arco, basada en una leyenda del origen de Roma, las luchas por el poder y el papel de la mujer en la época. y fue la traducción de José Luis, la que conmovió a esa famosa estrella por lo que fue contactado para tal fin.
Dic.2012- Jose Luis Rivas
 y Ma.  Gabriela Zamora

Durante años escuché a mi padre sobre su anhelo de hacer un evento cultural en honor a José Luis Rivas, aquí en su ciudad, presentando su obra, y justamente hoy y gracias a un amigo mutuo, Estuardo Garcés, tuvimos un primer contacto estableciendo ese proyecto  en su próximo retorno a nuestra ciudad, que será en algunos meses.

Que deleite escuchar la charla de Jose Luis Rivas, una verdadera fiesta para mis oídos, a ratos contuve mi emoción de pensar en mi padre y como al igual que su servidora, hubiese disfrutado enormemente estos momentos.

El cronista dedicó un espacio en su libro: TUXPAN, LAS CRONICAS DE SU CIUDAD Y PUERTO, a este gran poeta. A continuación lo trascribo: 


·         JOSE LUIS RIVAS

                Entre 1963-1970, fui profesor de la cátedra de Higiene en la escuela Secundaria y de Bachilleres Manuel C. Tello. Fue una magnífica experiencia  regresar a mi escuela en la que fui educado, cuando aun se encontraba en una vieja casona de la calle principal en donde es ahora el jardín de niños Francisca Cano de Rodríguez.

                Ahora a la distancia me enorgullece saber que la gran mayoría de aquellos chicos y chicas que fueron mis alumnos son profesionistas y hombres de bien, imposible acordarme de todos, pero definitivamente quedó grabada en mi memoria esa experiencia notable con la enseñanza.

                 En uno de esos años fue mi alumno José Luis Rivas, un chiquillo tuxpeño que había nacido en el legendario cerro del Palomar, un crudo invierno de enero a la mitad exacta del siglo pasado. En esos tiempos, yo  tenía poco tiempo de haber regresado a la ciudad a ejercer mi especialidad de pediatra al hospital Alcázar y fui electo a los pocos años por mis compañeros, director del mencionado nosocomio, ahí me encontré trabajando incansablemente a Blas Rivas Pineda quien fungía como administrador. Con don Blas me ligaban estrechos lazos de afectos pues era un buen amigo de mi papá –Pepe- siendo un excelente colaborador en mi tarea como director en nuestro hospital. El era papá de ese chiquillo José Luis…terminada su preparatoria José Luis, se marchó al puerto de Veracruz a estudiar medicina, pero inmediatamente comprendió que el objetivo de su vida no era el ser médico, retornó a Tuxpan, dialogó, con su padre y partió hacia la Capital Mexicana a estudiar en la Facultad  de Filosofía y letras; ya tenía la inquietud del verbo y la palabra, su prolongado contacto con el río, el mar y el paisaje exuberante de su Tuxpan nutrieron su inspiración y  gran vocación por la poesía y así en una febril actitud literaria publicó en 1981 “Fresca de Risa”, “Tierra Nativa”, 1982 “Relámpago en la Muerte” 1985 y “La Balada del Capitán” 1986, “La Transparencia del Deseo” en 1987 y “Luz de Mar abierto en 1992. También dedicado a la traducción de poesía al español, tradujo “Le Vol Du Vampire” del Michel Tournier en 1989, la Obra Poética completa de T.S. Eliot, los poemas completos de Saint-John Perse y “Les Poisies” de Georges Schenade (UNAM,1989) entre otros.

                Por “Tierra Nativa” José Luis Rivas  recibió el premio Carlos Pellicer 1982. Para obra publicada, y “por la Transparencia de Deseo” el premio Aguascalientes 1986, ambos del INBA fue becario del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

                Sus recuerdos del sol y del oleaje, las gaviotas y los loros han alimentado su poesía no en menos medida que sus fantasías acerca del mar y sus bajeles y corsarios. José Luis Rivas para fraseando a Román Gómez de la Serna, dice cuando envejezca pediré un espejo y en vez de rostro veré el mar y su quieto movimiento.

Brazos de Mar
-José Luis Rivas-

Todo enmudece. Tal vez sólo aprestándose a rayar…
La mar sin una arruga semeja un cuévano del que colgaran
  mondas lucientes de 
piel de niño…
Delante de los bohíos hay una hilera de atarrayas que
escurren todavía cuando un anciano sin dientes,
ayudado de una hueca brizna de papayo, se alista
  a beber en su hamaca el 
agua de un coco.
Sólo destellos en viaje por la arena…
Mueve el viento lamar rizando menudas
olas mientras el vuelo abismado de un águila
marina apunta el latir imperceptible del alba.
Todo enmudece. Tal vez sólo aprestándose a nombrar… La
mar es lisa otra vez, como guijas centelleando al pie
de una escarpa en las treguas del rompiente.
Preeminencia del milagro para sí mismo, porque a nosotros
sólo nos es dable vivirlo como emanación de algo
que a cielo abierto nos rehúye.
Tal vez la dicha de vivir llega siempre con eso que sabemos
a hurto de nuestro anhelo.
¿Cómo prestar al sueño alas
que no sean las tuyas,
mar de mis brazos abiertos en el aire?

lunes, 5 de noviembre de 2012

FALLECIMIENTO DEL CRONISTA

Tuxpan Ver, a 5 de noviembre del 2012

Por este medio lamento informar a sus lectores que mi padre, el cronista de Tuxpan, ciudad amada por él y a quien le dedicó mas de 50 años de periodismo cultural, dejó de existir físicamente el día de hoy a las 6 30 AM, despues de una larga enfermedad renal  que había agotado su corazón. Se quedan para la posteridad sus  escritos para que al igual que  nosotros, su familia,  disfruten de ellos a través de este espacio en donde seguiré publicando algunos artículos que no he presentado aún. Su libro sigue a la disposición de ustedes en varios sitios de la ciudad  y por esta vía. El cronista de Tuxpan no ha muerto, vive en el corazón de los tuxpeños que le admiraban y leían con entusiasmo sus crónicas.

Su memoria precisa, e intacta la mantuvo hasta el final de sus días, su buen humor pese a su agonía no lo perdió, mientras sus hijos veíamos con profunda tristeza su deterioro físico, nos decía algo que nos hacía reír.

Dios lo fué preparando con revelaciones sobre aquel lugar que El le tenía preparado. Mientras lo cuidaba en una de sus tantas estancias en hospital,  me contaba sus sueños y como deseé estar en ellos para vivenciar el enorme gozo que sus ojos demostraban al contarlos.

Mi padre en estos momentos está danzando de felicidad ante la presencia de Dios. Nosotros lo extrañaremos sabiendo que si Dios lo permite, habrá un día en que nos volveremos a encontrar.

Si pudiera decirle algo a mi padre hoy sería: Papacito, fue un placer haber coincidido en este espacio de tiempo. Te amaremos siempre.



jueves, 1 de noviembre de 2012

LA HISTORIA DEL RÍO



CONTADA POR EL MISMO

SEGUNDA PARTE
OBED ZAMORA- CRONISTA DE TUXPAN

Soy el Río Tuxpan y a continuación seguiré narrando los recuerdos que vienen a mi mente, recuerdos hermosos de un pasado grandioso del Tuxpan de ayer, en donde he sido testigo de muchos hechos que marcaron la historia de este puerto.

Sobre mis aguas en el centro de la ciudad, puede mirarse todo el esplendor que reflejan ardientemente los rayos del sol, el trajinar de las lanchas motorizadas que ocupan el lugar de los esquifes, se puede contemplar también la enorme mole, el cerro llamado de la Atalaya, ahora  la sede de la 19° Comandancia de la Zona Militar del Ejército Mexicano. Este sitio fue el escenario de cruentas batallas como la lucha por la Independencia de México, las invasiones norteamericanas en 1847 y 1914.  A fines del siglo antepasado en este lugar había una pequeña casa que se encontraba en la cima y desde allí emitía señales avisando al puerto de la llegada o salida de los navíos procedentes de Europa, del Sureste de México o hacia el Norte hasta Mobile Alabama y Nuevo Orleans. Recuerdo muy bien como muchos niños iban a jugar ahí, entre ellos el poeta Manuel Maples Arce.
Centro de Tuxpan, al fondo el cerro de la Atalaya con su casa de señales


No había puente sobre mí y para ir al altiplano o a Veracruz, había que abordar “La Panga” cuyo dueño era don Apolonio Guevara. Había un embarcadero al final de la calle Garizurieta y los carros, camionetas o camiones se acomodan uno tras otro. La balsa tenía  cupo para doce unidades, desembarcándose al pie de una ceiba en el centro de Santiago de la Peña. Además la Panga te permitía cruzar mis aguas sin cobro alguno. Posteriormente se ubicó otro embarcadero, el de Xicotencatl, la calle de la subida hacia el Hospital Alcázar y atracaba en Santiago de la Peña, metros más adelante en donde hacía lo mismo la panga “La Pantepec” que así se llamaba.

La Panga. El primer auto que se aprecia, era del Dr. Casián. Atrás se ve el Hotel Pereda

¡Qué tiempos aquellos! El 18 de Marzo de 1962 me vestí de gala, porque me visitó el Presidente Adolfo López Mateos para inaugurar el majestuoso puente Tuxpan ¡Caramba!  ¡Han pasado ya 50 años y el puente sigue siendo la más importante vía que comunica el norte de Veracruz con Tampico y hacia el sureste con Jalapa y Veracruz!
Con los años llegaron las grandes compañías constructoras de plataformas marinas como CELASA y la Dupont. Me he sentido muy orgulloso que la UNAM tenga su barco oceanográfico anclado en la orilla derecha, “El Justo Sierra” y más adelante vi nacer al magnífico hotel el Tajín enclavado en una peña y ahora perteneciente a la armada de México en donde tiene instalada ahí sus fuerzas anfibias del Golfo.
En la inauguración del puente, Begui  González  y Silvia mi esposa en 1961.

He sido escenario de múltiples lanchas deportivas que van río arriba o hacia el mar y que participan en los torneos de la pesca de robalo y mar afuera de varias especies. Caminando hacia mi destino final que es el mar infinito, esta instalado el puerto de Tuxpan que tiene varias empresas navieras que usan mi cuerpo de agua para atraque o despegue de diversas mercancías o productos que se alijan aquí en Tuxpan, cuenta así mismo con una moderna terminal de gas. A un lado está Tabuco, la ciudad prehispánica que dio origen a la ciudad de Tuxpan, sitio arqueológico muy importante que lamentablemente ahora está perdido. Justo al frente, en mi orilla izquierda están instaladas la Capitanía de Puerto y APITUX, el mando ejecutivo del Puerto de Tuxpan.

Cómo recuerdo el Trenecito Cobos-Furbero que partía de la terminal de Cobos hacia Furbero, atrás de Coatzintla, eran 89 kilómetros por lo que se transportaban los trabajadores de compañía el Águila y pasajeros en la que se llamó la ruta de los kilómetros, yo vi nacer este trenecito en 1912,  transporté una multitud de personas y trabajadores en las lanchas que llegaban repletas a Cobos así como regresaban igual. Justo enfrente, en mi margen izquierda, llegó la Armada de México, primero fue el Sector Naval y después la primera Región Naval y también la comandancia de las Fuerzas Navales del Golfo y del Caribe.

Una de las añoranzas mas recordadas por mi, es que a todo lo largo del boulevard, había Framboyanes, esos hermosos árboles de flores naranja,  los que adornaban bellamente durante su floración en mayo.  Tuvieron que ser retirados con el tiempo por los grandes destrozos que ocasionaban al pavimento.

Indudablemente que Tuxpan ha cambiado su fisonomía, con su Boulevard y la construcción de magníficos hoteles, la oferta turística de altos nivel, se ha incrementado. Como me gustaría ver navegando por mi corriente a un hermoso barco turístico como “La Magnolia”, que existió en los años 30 al 55  y que narré en la primera parte de este escrito, es un atractivo no aprovechado.

Recuerdo que en 1923 vino el General Álvaro Obregón, en campaña política ofreció su discurso en los balcones del  recién inaugurado Hotel Pereda, varias embarcaciones desfilaron en honor a este evento.
Visita del general Alvaro Obregón

 La pesca en esa época era de tipo prehispánico, había gran abundancia de robalos, jureles, jaiba, camarón y sábalo. Los delfines se daban grandes divertidas haciendo piruetas justo a media tarde para deleite de todos los tuxpeños, sobre todo los niños. La pesca indiscriminada y la falta de vedas apropiadas acabaron con toda esta fauna. El problema del drenaje en la ciudad siempre ha existido y hasta la fecha, continúa aunque en menor grado la desembocadura de los mismos en mi lecho,  situación que me avergüenza, ya que los olores que llevan mis aguas no son nada gratos ni para mí, ni para los propios y extraños. He oído que están tratando de hacer algo al respecto, sin embargo esto aún no se ha logrado.




             Ya casi terminando mi camino, llego a la Mata de Tampamachoco,  lugar de pescadores, siguen las instalaciones de PEMEX y el puente recién construido y por fin surgen las escolleras que protegen la rada del puerto de Tuxpan, desde el régimen del presidente Ruiz Cortines me tocó ver su construcción, de tabla, estaca y cantidades astronómicas de piedra durante su recorrido por mis aguas poco a poco hacia el mar.

Y al fin llego a mi destino final: El Mar.

He tenido a lo largo de mi vida momentos muy tristes como las grandes inundaciones y alguna que otra tragedia. Reitero mi dolor por la contaminación que sufro desde mi nacimiento hasta mi desembocadura hacia el mar. Necesitan ayudarme, concientizar a nuestro pueblo  no es suficiente, se necesitan grandes acciones involucrando a las compañías, gobierno y asociaciones de todo tipo para detener y revertir los daños por esta causa que me destruye poco a poco, ¿Quién tomará esta estafeta? Ruego a Dios que lo hagan pronto.

Aquí termino este relato de mis recuerdos tan gratos y tan nostálgicos. Espero que ustedes lo hayan disfrutado…

viernes, 26 de octubre de 2012


LA SAL DE LA VIDA
OBED ZAMORA
-Cronista de la Ciudad-

        En 1930 el Lic. Rafael Sánchez Escobar, escribió una crónica con este título, en donde contaba anécdotas muy simpáticas ocurridas en la vida diaria de Tuxpan, a continuación su servidor, el Cronista de Tuxpan, les narra algunas de aquellas que nos hicieron reír por décadas, espero que sean de su agrado.

EL PELLIZCO.

     Don Manuel Sobera era un hombre corpulento que tenía un restaurant muy acreditado en la confluencia de las calles Morelos y Avenida  Juárez, resulta que Don Manuel andaba muy nervioso porque un paisano ibero como él, quería que le guisara una sopa de caldo de   hacha, como el restaurant no lo tenía, mandó al Pellizco que  era muy acomedido y le dijo- rápido Pellizco trae el  callo de hacha, que me urge- pasaron como dos horas y el Pellizco no aparecía; al fin llegó con don Manuel y el famoso “Cara de Hacha”, peculiar personaje de la ciudad. ¡Pero qué barbaridad fuiste hacer soberano idiota! Lárgate de aquí y al pobre pellizco finalmente lo corrieron.

EL OTRO PELLIZCO

        Julio se llamaba y realmente viéndole la cara la tenía de pellizco. La palomilla se ensañaba con el gritándole ¡Cara de pellizco! Se arrancaba a correr porque Julio les aventaba de piedras y les decía el montón de groserías.


La Escuela Secundaria de Bachilleres Manuel C. Tello se encontraba en la calle principal en la confluencia con la calle Escobedo, en la contra esquina vivía Don Heriberto Domínguez, conocido banquero y después empresario mueblero de mucho éxito. Estamos hablando de los años 50 del siglo pasado. Don Heriberto y su esposa Doña Reina Henry vivían muy tranquilamente con sus hijos Loncho, La Chata y Reinita.

Un día la Chata y Reinita estaban asomadas en su balcón y atrás, medio escondida estaba Doña Reina, cuando de repente ella gritó “Cara de Pellizco” y se volvió a esconder, Inmediatamente el Pellizco, bien enojado les mentó la madre a las muchachas y como era sabido que siempre traía piedras en sus bolsas para defenderse de los insultos,  las muchachas se apresuraron a meterse a su casa bien enojadas con Doña Reina por la diablura que les había hecho.

Julio acabó sus días anciano y ciego, pero el apodo no se lo pudo quitar…

LA SERENATA DEL TAMPICO

Prof. Angel Ruiz Segura
        En el segundo año de la Escuela Secundaria de Bachilleres también por los años 50 había una palomilla bien brava que nada más se la pasaban haciendo diabluras en los salones, con el consiguiente berrinche de los maestros.

Pues bien, una tranquila tarde de uno de esos años el maestro Ángel Ruiz Segura estaba dando su clase de dibujo arquitectónico cuando empezó a escuchar unos ruidos raros pero que para la palomilla eran bien conocidos; intrigado el maestro se acercó al sitio de esos ruidos y se sorprendió al oír que provenían del “Tampico”, que ya grandecito se chupaba los dedos índice y pulgar y dormía la siesta muy tranquilamente acompañándola de un tronadero de gases, el viejito Ruiz, que así se le decía cariñosamente al querido maestro, le empezó a gritar ¡Tampico, Tampico despiértate! Pero qué se iba a despertar, si estaba en lo más profundo de su siesta y siguió bien dormido con su tronadera de gases y chupándose los dedos…

MÁS DE LA SECUNDARIA
No acabaríamos la presente crónica relatándoles las diabluras de los secundarianos.
La Escuela Secundaria de Bachilleres era una casona de dos plantas y un gran patio, ahí en los minutos que salíamos de las clases una gran mayoría jugábamos en la pequeña cancha de volibol. Una de las distracciones con riesgos era la de matar avispas coloradas muy bravas cuyos piquetes eran muy dolorosos y si  picaban en la cara enseguida las  facciones se tornaban de tipo oriental.
Prof. Luis Manuel C, Tello

El maestro Luis Manuel C. Tello tenía la costumbre de sentarse frente a la canchita de volibol interpérrito, con su mirada de ojos azules muy serena sin que se moviera de su asiento como si meditara en su enorme tarea de educar.
Un día matando avispas una quedo muy atarantada y con horror vimos cómo se le fue a postrar en la cara del maestro Tello. Y el sin mover una pestaña, dejó que se quedara la avispa, una vez que ésta se recuperó, se fue volando nuevamente, el maestro no nos dijo ni media palabra, siguió sentado en su silla legendaria…

LA FAMOSA MEDIA

También una tarde tomábamos una clase de historia y en el sopor del calor que hacía, alguien vio que el maestro traía colgado en la parte trasera del pantalón algo que le llamó la atención.

Conforme iba avanzando la clase en la tarde de ese día, esa alumna no se quedó con las ganas, se levantó de su asiento y sin que el maestro se diera cuenta le sacó lo que traía en la bolsa posterior del pantalón y se dio cuenta que era un media de mujer, para hacer completa la diablura se la enseñó al maestro, este se puso rojo como manzanita de Zacatlán y dijo ¡Dios mío se le olvidaron las medias a mi mujer! Y salió disparado del salón con las consecuentes risotadas de la palomilla.

EL SOMBRERO DE DON RAMON

El maestro Ramón H. Álvarez nos daba clases de Raíces Griegas y Latinas, Don Ramón siempre andaba con camisa larga y de corbata, a veces traía un saco sport y usaba sombrero de pelo que llegando lo colgaba de un perchero junto con su sombrilla y un bastón.

Al lado del perchero había una calavera, mas tardaba Don Ramón en colocar su sombrero, que éste aparecer en la cabeza de la calaca, con el consiguiente berrinche del eminente maestro. En una ocasión estando ya muy enojado, bajó del perchero el bastón le quitó la tapadera y saco un estilete en forma de espadita y gritó con el berrinche bien puesto: ¡Al próximo que vea haciendo esta travesura tendrá que vérselas conmigo!. A partir de esa fecha la calavera siguió pelona y viéndonos con una sonrisa burlona… Don Ramón murió ya muy anciano, tenía una letra primorosa, traducía muy bien el inglés y con la vasta cultura que él tenía, esa generación del cuarto año de la prepa salió muy bien preparada.

EL TEACHER MALL

      Fue muy famoso nuestro maestro de inglés, curiosamente por generaciones nos enseñó muy bien lo que es la gramática española, tenía varias características que lo hacían notable, fumaba en exceso, andaba excelentemente vestido de saco sport y de corbata. Tenía sus alumnos consentidos a los que quería mucho, pero había algo que no podía tolerar, y eso era que a alguien se le ocurriera regar por el suelo monedas, porque el tintineo le molestaba sobre manera.

Escuela Secundaria 
      El Maestro Mall nació en Cleveland, Ohio murió a fines de los años 50. De un cáncer baso-epitelioma en una de las órbitas de su cara. Siempre será recordado por aquellas frases célebres que sentenciaban al alumno ”Mi querido amigo favor de salir del salón” o como aquella que le dijo a Norberto Vega Zamora porque no podía pronunciar la frase “One boy correctamente, la cual debe pronunciarse “Uan boy” le preguntaba varias veces la misma pregunta y él contestaba One boy a punto de correrlo del salón le preguntó por última vez como se debe pronunciar  One boy  y el contesto “ One Uan boy” y con eso acabó fuera del salón el gran Beto Vega excelente amigo destacado ingeniero, jubilado de petróleos mexicanos radicado en Poza Rica.



            
   Hasta aquí los relatos de la época de mi juventud, que llenan mi alma de alegría por vivenciar de nuevo estos pasajes que estan en mi memoria y que ahora comparto con todos ustedes.      
***

miércoles, 25 de julio de 2012

DEMETRIO RUIZ MALERVA


(1941-1986)
Aniversario Luctuoso
Obed Zamora- Cronista de Tuxpan



Conocí al Lic. Demetrio Ruiz Malerva desde que era un niño, vivaracho e inquieto, vivía en la calle de González Ortega y casi esquina con Ocampo con sus papás sus hermanas Edna, Raquel y el pequeño Luis.

Estudió en la Escuela Secundaria y de Bachilleres Manuel C. Tello en donde desde muy jovencito mostró ya su gran capacidad para expresarse convirtiéndose en un brillante orador,  años después sería catedrático de esta escuela.

Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de México (1964-1969), Inició sus primeros pasos dentro del periodismo local en aquel semanario inolvidable que fue El Sol de la Huaxteca, al lado de Javier Santos Llorente en donde fue compañero de Miguel López Azuara, Eduardo Deschamps Rosas y Manolo Arvizu, juvenil trío de periodistas que más adelante triunfaron en rotativos tan importantes como Excélsior, Novedades y La Jornada entre otros.

Su vocación y entrega a la política y al servicio público lo destacó como uno de los más prometedores jóvenes que transitó por el poder legislativo, bajo la sombra de quienes fueron sus maestros y a quienes él entregó por completo su formación ideológica liberal, como lo fueron Pericles Namorado Urrutia y Don Jesús Reyes Heroles el más destacado neoliberal e ideólogo que ha tenido nuestro país.

Ocupó diversos cargos en el servicio público, fue tres veces diputado federal siendo su trabajo camaral muy destacado en el rubro de Radio y Televisión, Comisión que el desempeñó con toda eficiencia y profesionalismo. Fué un par de veces integrante del comité nacional del PRI y vocero de Carlos Salinas de Gortari en la desaparecida Secretaría de Programación y Presupuesto a donde llegó tras haber sido consejero cultural de la embajada mexicana en Cuba y mas antes jefe de prensa de la Cámara de Diputados.


Unos días antes de su muerte se había reunido en Xalapa, con el gobernador Agustín Acosta Lagunes, con quien había acordado una serie de beneficios para los seis municipios de este tercer Distrito electoral, entre ellos el dragado de la barra de Tampachichi, vieja demanda de los pescadores de la laguna de Tamiahua. 



Aquel sábado 26 de julio de 1986, viajó primeroa Ojite a invitación del dirigente campesino Rubén Cruz Sagastume, donde puso en funcionamiento la Casa del Campesino de esa comunidad, para de ahí trasladarse a Álamo, a una reunión familiar, estando allí  su compadre, el abogado Neftalí Estrada, le llamó pidiéndole lo acompañase a un compromiso social que no iba a llevar mas que unos momentos, por lo cual Demetrio accedió y subió al carro con su compadre.

Por confusión, dicen los que saben, integrantes de una familia de ese lugar, a quien horas antes le habían asesinado a uno de ellos, decidieron cobrar venganza, y en un crucero de la avenida principal de Álamo que entronca con el camino a Estero del Ídolo, acabaron con la vida del político tuxpeño.


Demetrio era, a no dudarlo, el futuro gobernador de Veracruz.

Hoy a los 26 años de su sentida desaparición hoy le recordamos, y enviamos un saludo a su estimable familia: Su esposa Imelda y sus hijos Demetrio, Fernando y Sergio.

INVITACIÓN A LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO: TUXPAN, LAS CRÓNICAS DE SU CIUDAD Y PUERTO


POR TENER CUPO LIMITADO LE SUPLICO PRIMERO CONFIRME SU ASISTENCIA AL TELÉFONO: 78383 41116.  MUCHAS GRACIAS.

martes, 24 de julio de 2012

LA HISTORIA DEL RíO CONTADA POR EL MISMO




OBED ZAMORA- CRONISTA DE TUXPAN-

          Mis progenitores son los ríos Vinazco, que desciende de la sierra de Hidalgo y el Pantepec, que fluye de la Sierra de Puebla, y  llegan a unirse en Palo Blanco, muy cerca de Álamo. De esa unión nací, ahí, precisamente convirtiéndome en el Río Tuxpan, a la ciudad de Álamo hago mi entrada con ese nombre y no el de Pantepec que es mi afluente, en Tumbadero paso por una bonita chorrera frente al Súchil,  en donde fui testigo de uno de los asentamiento de la Compañía Inglesa El Águila en la primera década del siglo pasado. En ese sitio tuvo además de una Estación de Bombas, un magnífico y gigantesco hato ganadero. Recuerdo muy bien a don Chema Farías, un norteño de linares muy simpático y carismático que allí trabajaba. Tenía dos hijas muy bonitas, Pilar y Socorro, a Pilar la pretendía a escondidas Pánfilo Pancardo, capitán de la  lancha la  Magnolia. -La Estrella de Río Tuxpan-. Cuando Pánfilo se atrevió a pedir a Pilar llegó muy nervioso y tembloroso en compañía de un abogado  - ya conocía los celos de Don Chema- y procedieron a la petición de mano de la  novia para casarse. Don Chema irritado, se puso colorado. ¿Con quién se quiere usted casar, con Pilar, hijo de la Ch..? ¡Pues bien que sea mañana sin falta!  Y dicho y hecho, cerró el compromiso. La feliz novia llegó al otro día ataviada con un precioso vestido, abordó la Magnolia y sobre de ella  fue la fiesta de Bodas, conmigo de testigo.

            Teniendo un caudal que me dio la mayoría de edad, sigo mi camino visitando las diversas comunidades que se encuentran en mis márgenes, como San Miguel, San Isidro, Ojite, Santa Rosalía, Zacatal y Chijolar. Por allí llegaba un  ferrocarrilito proveniente de Álamo, Frijolillo y Chomotla que salía de Tumbadero. Se agregó a  mí el río Buena Vista que procede de la sierra de Tepetzintla y más adelante el Estero de Zapotal.
Uno de mis esteros.

            Una de las comunidades que me gusta mucho visitar es Juana Moza también con su hermoso estero a un lado del imponente cerro el Morro de Tuxpilla ¿Por qué me gusta Juana Moza? Porque antes me vestía de blanco cada año con sus hermosas azucenas para festejar el Día de las Madres, llevaba a Tuxpan una enorme cantidad de frutas, principalmente los deliciosos mangos Manila y sus numerosos cultivos de flores y cítricos, a través de lanchas y botecitos locales para su venta en la ciudad. En esos lugares también hay un paraíso: El Huerto de Bambú, un sitio ecológico maravilloso para el descanso y la relajación, pasar por Juana Moza me da felicidad porque disfruto de su exuberante vegetación y el cariño de la gente que allí habita.  Ya para llegar a la ciudad paso por la finca “la Florida” y el imponente Morro que ahí se encuentra, con una preciosa casa blanca estilo sur de Texas de las plantaciones de algodón que domina todo el río hacia arriba. Después, no lo dudo ni un instante, que los habitantes del cementerio de Santiago de la Peña estén felices de verme todos los días (son muertos felices), escasos metros más adelante y hace muchos años, me tocó ser testigo de cuando el Comandante Fidel Castro y sus 82 revolucionarios salieron para hacer la Revolución Cubana una madrugada del 26 de Noviembre  de 1956. Muchos años después Fidel llegó a visitar estas tierras de nuevo, recordando que en el Río Tuxpan encontró su destino en la embarcación “Granma”

            Cuando al fin llego a la Ciudad de Tuxpan, por la cual tengo mi nombre,  inicio con su colonia residencial Jardines y su magnífica Unidad Deportiva. Mucho antes de ser colonia, había una fábrica de teja acanalada, copia de la famosa teja de Marsella que llegaba como lastre en los buques que venían de Europa,  metros después en el cruce de la avenida Aquiles Serdán y la calle Demetrio Ruiz Malerva, mis aguas tocaban una fábrica de hielo y el rastro municipal, en tiempos lejanos era todo un espectáculo ver a los delfines saltar alegremente sobre de mi.

            El histórico Puente de Tenechaco, fue escenario de batallas en la época de la Revolución, cuando aún era de madera, y después en 1930  se instaló el de hierro, que ahora en el 2012 ha sido remodelado e iluminado haciéndolo un sitio emblemático de la ciudad, en esa parte recibo al Estero de Tenechaco, mi brazo consentido, por albergar populosos barrios como el de Zapote Gordo y la Rosa María. Por este puente transitan cada  año todos los visitantes que van a la Feria realizada en honor a nuestra patrona, Santa María de la Asunción, y por el estero se llega también al legendario panteón de Galeana, hace muchos años presencié la construcción de un leprosario que después se convirtió en la “Unidad Sanitaria”,  para el horror de innumerables niños porque en ese sitio eran vacunados principalmente contra la viruela obligándolos también a tomar tremendas purgas de sal de higuera “para los bichos”. En una de las riberas de mi estero, Don Wulfrano Cobos tenía una finca con ordeña, cada mañana entregaba la leche a la ciudad. Una vez una señora le reclamó -Caray, Don Wulfrano usted ya ni la amuela- ¿Por qué?  –contestó- -Porque al estar hirviendo la leche me brincó un pojol- y Don Wulfrano muy socarronamente dijo  – Caramba señora, debería estar agradecida, que por un tostón no solo toma leche sino también pescado- apoyando la tremenda bautizada que le daba a la leche con mis frescas aguas del estero.

            En Santiago de la Peña, asentado en el margen derecho frente a Tuxpan,  está la punta donde doy la vuelta para entrar de lleno al centro de la ciudad ¡Cómo extraño las risas y los chapoteos de la chiquillada que en ese sitio, se bañaban, jugaban y nadaban! La mayor proeza era  cruzarme de Santiago a Tuxpan y viceversa, tanto en este lugar o en diversos puntos de la ciudad.

            Frente a la punta estuvo muchos años La Isla de las Gallinas, era un pintoresco islote que albergaba los chivos de la familia Namorado “Los Michiguas” en 1955 la isla desapareció con la creciente, muchas personas en el pasado afirman que ahí existió una pequeña refinería de crudo sin que este dato se pueda corroborar.

            Los tuxpeños me quieren mucho, soy para ellos un relajante cuando se sientan en las bancas del Boulevard a admirar la puesta del sol, por eso Tuxpan se llama también el puerto de los bellos atardeceres y siempre les ha encantado caminar por esta margen, siendo un paseo muy preferido. He visto crecer a la ciudad desde que era un pequeño pueblo después Villa en 1830 y al final siendo nombrada ciudad en 1881. Me dolió mucho ser poblano en un momento de la historia. Segregada del Estado de Veracruz por casi 3 décadas, los tuxpeños entablaron una heroica lucha por reincorporarse a Veracruz, ya que la administración poblana nunca supo aprovecharme a mí como río o a la ciudad y su puerto, teniéndonos en el más completo abandono y víctima de impuestos injustos. Al fin la lucha fructificó y por un acuerdo del general Antonio López de Santa Anna, entonces presidente de la república volvió a ser veracruzana en 1853.

            Cuanta alegría me causaba que cruzaran mi cauce día con día mis grandes amigos los esquiferos que unían con sus botes a Tuxpan con Santiago de la Peña, el paso principal estaba en pleno centro de la ciudad  llegando  en el centro de Santiago de la Peña. Recuerdo que uno podía ahorrarse los diez centavos que costaba el pasaje remando en lugar del esquifero. Este nutrido grupo de esquiferos (eran más de cien)  mayormente de Santiago de la Peña, eran muy populares y conocidos, cada 1° de Junio, el Día de la Marina los esquifes lucían sus mejores galas participando en regatas e igualmente en el carnaval de Tuxpan, en el que para ellos era un orgullo que la Reina paseara en esquife; también se sorprendían con los intentos de la gente para dominar el palo ensebado que colocaban de manera horizontal a la altura del muelle fiscal  viendo hacia mis aguas, era un tronco bien pulido lleno de sebo o  de grasa y con un premio en la punta que era una canasta llena de regalos, todo mundo llegaba a la mitad, cuando mucho, y se caían estrepitosamente a mi regazó con las risotadas de la gente y mías que disfrutábamos de este sencillo espectáculo. Pero para la nostalgia, todo esto desapareció.

            Otra anécdota legendaria era la de aquel perro que todas las mañanas se subía a un esquife cruzándome para llegar al embarcadero y de allí irse al mercado, ya que los carniceros lo querían y lo admiraban premiándolo con trozos de carne y hueso, satisfecho regresaba a Santiago subiéndose a otro esquife para llegar a su casa. Entonces el dueño del perro iba a pagar el peaje a los esquiferos que trasportaban al simpático can.  Pero todo se perdió en los años 60 cuando desaparecieron los esquiferos por haber llegado equipos motorizados.


            Me sentía muy contento de que en mis aguas se anclaban algunos buques que trasportaban a los chicleros que iban a la otra costa (el norte  de Quintana Roo, en  la península de Yucatán y Campeche) iban a la explotación del chicle extraído de los bosques cimarrones del zapote, esto ocurrió desde principios del siglo pasado hasta mediados del mismo  cuando la contratación de los chicleros ya no se hizo por agotamiento de estos bosques.

            Tuxpan en los años 30 ya era un emporio en la explotación del plátano Roatán, existió una compañía propiedad del norteamericano Chaz Weinberger, que exportaba grandes chalanes de plátano para llevarlo a Estados Unidos, a mí me tocó  llevarlos desde las plantaciones río arriba hasta la bocana para qué ellos después continuaran su navegación por mar.

            El puerto de Tuxpan prosperó notoriamente con su navegación fluvial y marítima desde mediados del siglo  antepasado hasta mediados de un siglo pasado. No había otro medio de comunicarse, así por ejemplo, para ir a Tampico se abordaba la lancha respectiva que navegaba por el canal intercostero del Chijol, pasando por la laguna de Tampamachoco y cruzando después la laguna de Tamiahua se  llegaba a San Jerónimo, en la punta extrema de la Laguna de Tamiahua y ahí por tren de vía angosta, se  arribaba  a Tampico. Más de doce horas de viaje. Y para ir a México se tenía que abordar los barcos como  el Ruiz Cano, Vicente Antonio y el Dante, que salía del puerto con una bocana casi sin calado y sorteando el mal tiempo, ya que no había pronósticos del mismo y casi 18  o 24 horas después de subir terribles mareos se llegaba al puerto de Veracruz y por tren se viajaba a la Ciudad de México. ¡Qué aventura!

            Gracias a esta prosperidad marítima que duró 1850-1940 aproximadamente florecieron las carpinterías de ribera, tomando el nombre porque lógicamente se encontraban en mi ribera. Ellos  construían pailebotes, balandros, goletas, esquifes y  barcos camaroneros. Los astilleros estaban en Santiago de la Peña, siendo el sordo Pulido el más experto constructor de barcos. Con estos pequeños barcos incluidos el Ruiz Cano, que era de hierro, Tuxpan ingresó al circuito comercial del Golfo de México, exportando diversos productos regionales y recibiendo mercancías de los diversos puertos del sureste mexicano y del Caribe y también comerciábamos con Mobile Alabama, Galveston y Nuevo Orleans.
           
            Tengo muchas cosas que contar, lo cual haré en la siguiente entrega.

Atentamente,

Tu  Río.