OBED ZAMORA SÁNCHEZ
Cronista Vitalicio de Tuxpan Veracruz
El escrito que a continuación se presenta es un fragmento de un capítulo dedicado a este magnífico político tuxpeño en el libro TUXPAN, CRÓNICAS DE SU CIUDAD Y PUERTO.
En
el panel realizado en nuestra ciudad sobre
La vida, la obra y su tiempo, de Jesús Reyes Heroles”. Auditórium de la
Unión Regional Ganadera del Norte de Veracruz, Federico Reyes Heroles,
destacado analista político e hijo de Jesús Reyes Heroles, no pudo asistir y
envió esta carta que me tocó el honor de leer en un auditórium abarrotado por
la clase política de nuestra ciudad el 8
de Mayo de 2005.
ACOTACIONES
A LA MITOLOGÍA
Comienzo con una disculpa: mi
corazón quería estar en Tuxpan. Mis obligaciones me llevaron justo hacia el
otro litoral. Agradezco a todas las autoridades la invitación en particular a
Ramón Rodríguez Rangel a Miguel, Paco y
Guillermo su entusiasmo. Queda pendiente la visita.
Entiendo el encuentro como una
reunión de amigos, de amigos de una figura tuxpeña, de un personaje de la
política nacional, de una mente
universal. Pero dada mi condición resultaría por lo menos incomodo dar un
testimonio más sobre lo evidente a todos: la capacidad de JRH, su pasión por el quehacer político, su amor a México. He decidido
por ello seguir otro camino.
Jesús Reyes Heroles es hoy ya un
referente obligado de la historia nacional contemporánea. Lo es para quienes lo
conocieron y para quienes no. Podría yo relatarles la infinidad de personas que
se acercan a decirme yo conocí a Reyes
Heroles. Y a mi pregunta en donde solo recibo respuestas cuando fue director de
PEMEX o cuando estuve en Gobernación o lo que sea. Nunca lo conocieron
personalmente. No mientan, simplemente creen haber compartido algo con el de lo
cual Reyes Heroles ni idea tenía. Un grado más arriba se encuentran los muchos
que dicen hacer trabajado con Reyes Heroles y que en realidad trabajaban en la
misma dependencia pública. El orgullo de haber coincidido con un jefe así hace que todo mundo se sienta con el
derecho a decir “trabaje con él” está bien, la condición humana es muy
particular.
Así, con el transcurso del
tiempo se ha ido conformando alrededor de la figura de Jesús Reyes Heroles una
autentica mitología que por supuesto también ha dado margen a algunos farsantes
y mentirosos. Nunca olvidaré al fanfarrón que me dijo haber estado en el Yate
de Reyes Heroles cuando el personaje no tuvo ni una canoa ni interés alguno de andar flotando por los
mares. Otro caso insuperable es el de un gran cínico que se molesto conmigo cuando me permití poner en
duda que hubiese compartido 18 hoyos de golf con Reyes Heroles. Simplemente
imaginármelo con zapatos especiales, cachucha y haciendo un swing me provoca
risa. Reyes Heroles puede satisfacer muchos caprichos de la imaginación, pero
todo tiene un límite.
Hay en cambio una serie de
atributos reales que la gente con el tiempo ha ido olvidando. A algunos de
ellos voy a referirme.
Reyes Heroles era un hombre muy
estudioso todo mundo habla de su inteligencia, pero de tanto recalcarla
pareciera que se trató de un atributo natural. Por supuesto era una mente muy
brillante, pero sobre todo era una cabeza alimentada sistemáticamente con lo
mejor. Iba a las librerías y pepenaba carros de libros que después revisaba,
descartaba muchos para descubrir alguna joya en la cual quedaba atrapado. Cada
mes había que entrar a su recamara con cajas a sacar libros que se encaminaban
a su clasificación en la biblioteca. Para lograr esa condición que ahora con
facilidad la gente atribuye a su inteligencia, se necesitaban infinitas horas
de lectura nocturna.
La una, las dos, las tres de la
mañana no importaba si había tenido que ir de gira o si tenía que levantarse
temprano, Reyes Heroles nunca dejo de estudiar. Claro por eso les daba veinte y
las malas a sus congéneres por que el, si estudiaba y mucho.
En sus descansos y vacaciones
jamás hubo yates o golf siempre fueron libros y más libros. Quedarse por las
mañanas en la cama con un café frió y un vaso de agua mineral sumergirse en un
clásico, pensamos en Baltazar Gracian,
era quizá el momento de máximo deleite del personaje. Auténticamente descansaba
haciendo adobes. Lo recuerdo los domingos en la mañana, debajo de la mimosa,
siendo director de PEMEX, trabajando sobre Mariano Otero. Repito: el señor
estudiaba y mucho. Hoy eso excepcional, es una costumbre que muchos no conocen.
Reyes Heroles era un gran conversador. Pocas cosas gozaba tanto el personaje
como tener charlas inteligentes. Podía quedar la tarde entera en una sobremesa
con una condición: que es dijeran cosas inteligentes. Porque así como era
apasionado para debatir era desesperado
cuando se decían tonterías. Prefería pararse e ir a platicar con Quevedo un
libro. Era muy intolerante con la estupidez lo cual lo convertía por momentos
en un ser poco sociable. No escatimaba en los calificativos, es un buen hombre,
pero muy tonto. Tonto sería con damas presentes, otra la palabra de haber estado
entre varones, porque las palabras altisonantes solo las soltaba entre varones
y le molestaba profundamente que la regla no se cumpliera.
Con frecuencia cuando se dice
que Reyes Heroles era un gran político queda la sensación de que tenía una
habilidad extraordinaria para la maniobra. Creo que algo se torció en el
camino. Si ser gran político supone poder imaginar jugadas de cuatro o cinco
bandas, Reyes Heroles no era un gran político. De hecho era muy tosco en sus
planteamientos, rudo en la forma de lanzar sus propuestas, decía las cosas sin
ambages y no andaba con segundas intenciones, ni con grandes cálculos. Sus
enemigos institucionales sabían perfectamente que tenía en mente porque además
no se lo guardaba. Así fue con el Sindicato de PEMEX, con el SNTE o con Luis Echeverría. Si la
habilidad para engañar es el eje de un gran político, Reyes Heroles no era un
gran político. Una persona que le dice al Presidente de la República si tu
hermana hubiera sido varón ya lo hubiera moqueteado, no es exactamente muy
calculador. Un Secretario de Gobernación que le dice en público a su jefe el
Presidente, que quien gobierna para todos no gobierna para nadie, no es un
hombre prudente.
El verdadero atributo que lo hizo un gran
visionario es que establecía un rumbo, la reforma política por ejemplo y
navegaba incansable hacia allá dispuesto a tolerar todos los embates. Llevaba
la renuncia siempre en la punta de la lengua como arma para nunca perder la
dignidad. Pero por ejemplo en el caso de Carbonell en Veracruz, Reyes Heroles
decidió renunciar a la presidencia del PRI, largarse como una reacción
provocada por sus principios. No fue sino hasta la madrugada en una larga
conversación que se convenció, con Maquiavelo
en la cabeza, que debía existir una fórmula para arrastrar en la caída
al aspirante. Así surgieron las inexistentes
declaraciones sino mal recuerdo, a Ángel Trinidad Ferreira de “Yo como
veracruzano no voté por él”.
Reyes Heroles era un hombre de
una moral muy rígida y precisamente por ello no toleraba a los inmorales. Un día
comíamos en un restaurante cuando se acerco un hombre mayor, con una salud
evidentemente precaria quien con voz cargada de cariño le dijo Jesús que gusto
verte. Yo me levanté como por acto reflejo y Reyes Heroles permaneció sentado,
no le dio la mano y tampoco soltó una frase amable como sería cómo has estado o
algo así. Solo, de nuevo, le reclamé su actitud y sin consideración alguna
respondió, -Todavía hay clases morales, ese canijo es un corrupto, que esté
viejo y fregado no lo vuelve santo-. Reyes Heroles despreciaba a los inmorales y se los hacía saber.
Todo mundo sabe que Reyes
Heroles no era creyente. Lo que pocos saben es que ese defensor incansable de
la separación estado- iglesia, ese admirador de Juárez que se enfrentó a
López Portillo cuando Juan Pablo II
decidió comenzar su primera visita justamente en Guelatao después de ser
trasportado en el avión presidencial esos eran fueron deseos, ese mismo individuo era un gran lector de
temas religiosos. No era extraño encontrarlo leyendo a Jaques Maritain por
ejemplo.
Termino. Es la primera ocasión
en la vida en que pongo por escrito o intento acotar algunas de las
extravagancias que la mitología le cuelga hoy a Reyes Heroles. En el fondo era
un tipo bastante sencillo, de gozos muy terrenales como un buen whiskey una
buena platica y por desgracia muchos cigarros. Yo interpreto esa mitología como
resultado del contraste; es tal la ausencia de verdaderos hombres de estado, es
tal la ignorancia de muchos de nuestros dirigentes, es tal la frivolidad que merodea, la falta de
principios que desnuda a muchos, que la
figura de Reyes Heroles se agiganta y con merecidísima razón. Ojala y sirva de
referente a los jóvenes que deben saber que se puede ser muy diferente.
Una última no era tan bueno para
el dominó como algunos dicen, pero eso si como le gustaba.
Buenas
noches y muchas gracias.
REFERENCIAS
·
-Panel sobre “La vida, la obra
y su tiempo, de Jesús Reyes Heroles”. Auditórium de la Unión Regional Ganadera
del Norte de Veracruz: invitados Guillermo, Chao Ebergenyi, Paco Rodríguez
Cano, Federico Reyes Heroles, Miguel Basañez Ebergenyi y Obed Zamora Sánchez. 8
de Mayo de 2005.