CONTADA POR EL MISMO
SEGUNDA
PARTE
OBED ZAMORA- CRONISTA DE
TUXPAN
Soy el Río Tuxpan y a continuación seguiré
narrando los recuerdos que vienen a mi mente, recuerdos hermosos de un pasado grandioso
del Tuxpan de ayer, en donde he sido testigo de muchos hechos que marcaron la
historia de este puerto.
Sobre mis aguas en el centro de la ciudad,
puede mirarse todo el esplendor que reflejan ardientemente los rayos del sol,
el trajinar de las lanchas motorizadas que ocupan el lugar de los esquifes, se
puede contemplar también la enorme mole, el cerro llamado de la Atalaya, ahora la sede de la 19° Comandancia de la Zona Militar
del Ejército Mexicano. Este sitio fue el escenario de cruentas batallas como la
lucha por la Independencia de México, las invasiones norteamericanas en 1847 y
1914. A fines del siglo antepasado en este
lugar había una pequeña casa que se encontraba en la cima y desde allí emitía
señales avisando al puerto de la llegada o salida de los navíos procedentes de
Europa, del Sureste de México o hacia el Norte hasta Mobile Alabama y Nuevo
Orleans. Recuerdo muy bien como muchos niños iban a jugar ahí, entre ellos el
poeta Manuel Maples Arce.
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Centro de Tuxpan, al fondo el cerro de la Atalaya con su casa de señales.
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No había puente sobre mí y para ir al
altiplano o a Veracruz, había que abordar “La Panga” cuyo dueño era don
Apolonio Guevara. Había un embarcadero al final de la calle Garizurieta y los
carros, camionetas o camiones se acomodan uno tras otro. La balsa tenía cupo para doce unidades, desembarcándose al
pie de una ceiba en el centro de Santiago de la Peña. Además la Panga te
permitía cruzar mis aguas sin cobro alguno. Posteriormente se ubicó otro
embarcadero, el de Xicotencatl, la calle de la subida hacia el Hospital Alcázar
y atracaba en Santiago de la Peña, metros más adelante en donde hacía lo mismo
la panga “La Pantepec” que así se llamaba.
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La Panga. El primer auto que se aprecia, era del Dr. Casián. Atrás se ve el Hotel Pereda
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¡Qué
tiempos aquellos! El 18 de Marzo de 1962 me vestí de gala, porque me visitó el
Presidente Adolfo López Mateos para inaugurar el majestuoso puente Tuxpan
¡Caramba! ¡Han pasado ya 50 años y el
puente sigue siendo la más importante vía que comunica el norte de Veracruz con
Tampico y hacia el sureste con Jalapa y Veracruz!
Con los años llegaron las grandes compañías
constructoras de plataformas marinas como CELASA y la Dupont. Me he sentido muy
orgulloso que la UNAM tenga su barco oceanográfico anclado en la orilla
derecha, “El Justo Sierra” y más adelante vi nacer al magnífico hotel el Tajín
enclavado en una peña y ahora perteneciente a la armada de México en donde
tiene instalada ahí sus fuerzas anfibias del Golfo.
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En la inauguración del puente, Begui González y Silvia mi esposa en 1961.
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He sido escenario de múltiples lanchas
deportivas que van río arriba o hacia el mar y que participan en los torneos de
la pesca de robalo y mar afuera de varias especies. Caminando hacia mi destino
final que es el mar infinito, esta instalado el puerto de Tuxpan que tiene
varias empresas navieras que usan mi cuerpo de agua para atraque o despegue de
diversas mercancías o productos que se alijan aquí en Tuxpan, cuenta así mismo con
una moderna terminal de gas. A un lado está Tabuco, la ciudad prehispánica que dio
origen a la ciudad de Tuxpan, sitio arqueológico muy importante que
lamentablemente ahora está perdido. Justo al frente, en mi orilla izquierda
están instaladas la Capitanía de Puerto y APITUX, el mando ejecutivo del Puerto
de Tuxpan.
Cómo recuerdo el Trenecito Cobos-Furbero que
partía de la terminal de Cobos hacia Furbero, atrás de Coatzintla, eran 89
kilómetros por lo que se transportaban los trabajadores de compañía el Águila y
pasajeros en la que se llamó la ruta de los kilómetros, yo vi nacer este
trenecito en 1912, transporté una
multitud de personas y trabajadores en las lanchas que llegaban repletas a
Cobos así como regresaban igual. Justo enfrente, en mi margen izquierda, llegó
la Armada de México, primero fue el Sector Naval y después la primera Región
Naval y también la comandancia de las Fuerzas Navales del Golfo y del Caribe.
Una
de las añoranzas mas recordadas por mi, es que a todo lo largo del boulevard,
había Framboyanes, esos hermosos árboles de flores naranja, los que adornaban bellamente durante su
floración en mayo. Tuvieron que ser
retirados con el tiempo por los grandes destrozos que ocasionaban al pavimento.
Indudablemente que Tuxpan ha cambiado su
fisonomía, con su Boulevard y la construcción de magníficos hoteles, la oferta
turística de altos nivel, se ha incrementado. Como me gustaría ver navegando
por mi corriente a un hermoso barco turístico como “La Magnolia”, que existió
en los años 30 al 55 y que narré en la
primera parte de este escrito, es un atractivo no aprovechado.
Recuerdo que en 1923 vino el General Álvaro
Obregón, en campaña política ofreció su discurso en los balcones del recién inaugurado Hotel Pereda, varias
embarcaciones desfilaron en honor a este evento.
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Visita del general Alvaro Obregón |
La
pesca en esa época era de tipo prehispánico, había gran abundancia de robalos,
jureles, jaiba, camarón y sábalo. Los delfines se daban grandes divertidas
haciendo piruetas justo a media tarde para deleite de todos los tuxpeños, sobre
todo los niños. La pesca indiscriminada y la falta de vedas apropiadas acabaron
con toda esta fauna. El problema del drenaje en la ciudad siempre ha existido y
hasta la fecha, continúa aunque en menor grado la desembocadura de los mismos
en mi lecho, situación que me
avergüenza, ya que los olores que llevan mis aguas no son nada gratos ni para
mí, ni para los propios y extraños. He oído que están tratando de hacer algo al
respecto, sin embargo esto aún no se ha logrado.
Ya casi terminando mi camino, llego a la Mata
de Tampamachoco, lugar de pescadores, siguen
las instalaciones de PEMEX y el puente recién construido y por fin surgen las
escolleras que protegen la rada del puerto de Tuxpan, desde el régimen del
presidente Ruiz Cortines me tocó ver su construcción, de tabla, estaca y
cantidades astronómicas de piedra durante su recorrido por mis aguas poco a
poco hacia el mar.
Y al fin llego a mi destino final: El Mar.
He tenido a lo largo de mi vida momentos muy
tristes como las grandes inundaciones y alguna que otra tragedia. Reitero mi
dolor por la contaminación que sufro desde mi nacimiento hasta mi desembocadura
hacia el mar. Necesitan ayudarme, concientizar a nuestro pueblo no es suficiente, se necesitan grandes acciones
involucrando a las compañías, gobierno y asociaciones de todo tipo para detener
y revertir los daños por esta causa que me destruye poco a poco, ¿Quién tomará
esta estafeta? Ruego a Dios que lo hagan pronto.
Aquí termino este relato de mis recuerdos tan
gratos y tan nostálgicos. Espero que ustedes lo hayan disfrutado…