jueves, 1 de noviembre de 2012

LA HISTORIA DEL RÍO



CONTADA POR EL MISMO

SEGUNDA PARTE
OBED ZAMORA- CRONISTA DE TUXPAN

Soy el Río Tuxpan y a continuación seguiré narrando los recuerdos que vienen a mi mente, recuerdos hermosos de un pasado grandioso del Tuxpan de ayer, en donde he sido testigo de muchos hechos que marcaron la historia de este puerto.

Sobre mis aguas en el centro de la ciudad, puede mirarse todo el esplendor que reflejan ardientemente los rayos del sol, el trajinar de las lanchas motorizadas que ocupan el lugar de los esquifes, se puede contemplar también la enorme mole, el cerro llamado de la Atalaya, ahora  la sede de la 19° Comandancia de la Zona Militar del Ejército Mexicano. Este sitio fue el escenario de cruentas batallas como la lucha por la Independencia de México, las invasiones norteamericanas en 1847 y 1914.  A fines del siglo antepasado en este lugar había una pequeña casa que se encontraba en la cima y desde allí emitía señales avisando al puerto de la llegada o salida de los navíos procedentes de Europa, del Sureste de México o hacia el Norte hasta Mobile Alabama y Nuevo Orleans. Recuerdo muy bien como muchos niños iban a jugar ahí, entre ellos el poeta Manuel Maples Arce.
Centro de Tuxpan, al fondo el cerro de la Atalaya con su casa de señales


No había puente sobre mí y para ir al altiplano o a Veracruz, había que abordar “La Panga” cuyo dueño era don Apolonio Guevara. Había un embarcadero al final de la calle Garizurieta y los carros, camionetas o camiones se acomodan uno tras otro. La balsa tenía  cupo para doce unidades, desembarcándose al pie de una ceiba en el centro de Santiago de la Peña. Además la Panga te permitía cruzar mis aguas sin cobro alguno. Posteriormente se ubicó otro embarcadero, el de Xicotencatl, la calle de la subida hacia el Hospital Alcázar y atracaba en Santiago de la Peña, metros más adelante en donde hacía lo mismo la panga “La Pantepec” que así se llamaba.

La Panga. El primer auto que se aprecia, era del Dr. Casián. Atrás se ve el Hotel Pereda

¡Qué tiempos aquellos! El 18 de Marzo de 1962 me vestí de gala, porque me visitó el Presidente Adolfo López Mateos para inaugurar el majestuoso puente Tuxpan ¡Caramba!  ¡Han pasado ya 50 años y el puente sigue siendo la más importante vía que comunica el norte de Veracruz con Tampico y hacia el sureste con Jalapa y Veracruz!
Con los años llegaron las grandes compañías constructoras de plataformas marinas como CELASA y la Dupont. Me he sentido muy orgulloso que la UNAM tenga su barco oceanográfico anclado en la orilla derecha, “El Justo Sierra” y más adelante vi nacer al magnífico hotel el Tajín enclavado en una peña y ahora perteneciente a la armada de México en donde tiene instalada ahí sus fuerzas anfibias del Golfo.
En la inauguración del puente, Begui  González  y Silvia mi esposa en 1961.

He sido escenario de múltiples lanchas deportivas que van río arriba o hacia el mar y que participan en los torneos de la pesca de robalo y mar afuera de varias especies. Caminando hacia mi destino final que es el mar infinito, esta instalado el puerto de Tuxpan que tiene varias empresas navieras que usan mi cuerpo de agua para atraque o despegue de diversas mercancías o productos que se alijan aquí en Tuxpan, cuenta así mismo con una moderna terminal de gas. A un lado está Tabuco, la ciudad prehispánica que dio origen a la ciudad de Tuxpan, sitio arqueológico muy importante que lamentablemente ahora está perdido. Justo al frente, en mi orilla izquierda están instaladas la Capitanía de Puerto y APITUX, el mando ejecutivo del Puerto de Tuxpan.

Cómo recuerdo el Trenecito Cobos-Furbero que partía de la terminal de Cobos hacia Furbero, atrás de Coatzintla, eran 89 kilómetros por lo que se transportaban los trabajadores de compañía el Águila y pasajeros en la que se llamó la ruta de los kilómetros, yo vi nacer este trenecito en 1912,  transporté una multitud de personas y trabajadores en las lanchas que llegaban repletas a Cobos así como regresaban igual. Justo enfrente, en mi margen izquierda, llegó la Armada de México, primero fue el Sector Naval y después la primera Región Naval y también la comandancia de las Fuerzas Navales del Golfo y del Caribe.

Una de las añoranzas mas recordadas por mi, es que a todo lo largo del boulevard, había Framboyanes, esos hermosos árboles de flores naranja,  los que adornaban bellamente durante su floración en mayo.  Tuvieron que ser retirados con el tiempo por los grandes destrozos que ocasionaban al pavimento.

Indudablemente que Tuxpan ha cambiado su fisonomía, con su Boulevard y la construcción de magníficos hoteles, la oferta turística de altos nivel, se ha incrementado. Como me gustaría ver navegando por mi corriente a un hermoso barco turístico como “La Magnolia”, que existió en los años 30 al 55  y que narré en la primera parte de este escrito, es un atractivo no aprovechado.

Recuerdo que en 1923 vino el General Álvaro Obregón, en campaña política ofreció su discurso en los balcones del  recién inaugurado Hotel Pereda, varias embarcaciones desfilaron en honor a este evento.
Visita del general Alvaro Obregón

 La pesca en esa época era de tipo prehispánico, había gran abundancia de robalos, jureles, jaiba, camarón y sábalo. Los delfines se daban grandes divertidas haciendo piruetas justo a media tarde para deleite de todos los tuxpeños, sobre todo los niños. La pesca indiscriminada y la falta de vedas apropiadas acabaron con toda esta fauna. El problema del drenaje en la ciudad siempre ha existido y hasta la fecha, continúa aunque en menor grado la desembocadura de los mismos en mi lecho,  situación que me avergüenza, ya que los olores que llevan mis aguas no son nada gratos ni para mí, ni para los propios y extraños. He oído que están tratando de hacer algo al respecto, sin embargo esto aún no se ha logrado.




             Ya casi terminando mi camino, llego a la Mata de Tampamachoco,  lugar de pescadores, siguen las instalaciones de PEMEX y el puente recién construido y por fin surgen las escolleras que protegen la rada del puerto de Tuxpan, desde el régimen del presidente Ruiz Cortines me tocó ver su construcción, de tabla, estaca y cantidades astronómicas de piedra durante su recorrido por mis aguas poco a poco hacia el mar.

Y al fin llego a mi destino final: El Mar.

He tenido a lo largo de mi vida momentos muy tristes como las grandes inundaciones y alguna que otra tragedia. Reitero mi dolor por la contaminación que sufro desde mi nacimiento hasta mi desembocadura hacia el mar. Necesitan ayudarme, concientizar a nuestro pueblo  no es suficiente, se necesitan grandes acciones involucrando a las compañías, gobierno y asociaciones de todo tipo para detener y revertir los daños por esta causa que me destruye poco a poco, ¿Quién tomará esta estafeta? Ruego a Dios que lo hagan pronto.

Aquí termino este relato de mis recuerdos tan gratos y tan nostálgicos. Espero que ustedes lo hayan disfrutado…

1 comentario:

  1. El río Túxpan no termina en el mar, sino que nace ahí y se interna tierra adentro en un ir y venir de acuerdo con las mareas. No es un río en la justa concepción del término,SINO UN CANAL MARITIMO. su agua es salada, es AGUA DE MAR QUE SE INTERNA UNOS 25 KILÓMETROS TIERRA ADENTRO. Avanza por gravedad.
    ¡Cuantotiempo han mantenido engañadosa los tuxpeños!
    Si fuera agua dulce, ya se la hubieran llevado los chilangos.

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