lunes, 4 de noviembre de 2013

OBED ZAMORA SÁNCHEZ, PRIMER CRONISTA DE TUXPAN

El Primer Cronista de Tuxpan:
Obed Zamora Sánchez     


El 10 de marzo de 1934,  nació un niño dentro de un amoroso matrimonio conformado por los profesores Obed Castillo Solís  proveniente de Xochicuatlán, Hidalgo y Teodora Sánchez Hernández, de Santiago de la Peña, de esta ciudad y puerto,  él ocuparía el segundo lugar ya que el matrimonio había procreado a una niña de nombre Dorisnilda.

Inició su vida con una gran tragedia, su madre falleció al día siguiente de su nacimiento víctima de fiebre puerperal,  su padre desgarrado por el sufrimiento de la pérdida de su compañera, emigró a la ciudad de Pachuca, Hidalgo donde radicaban sus padres, los profesores Apolinar Castillo y Gonzala Solís,  para que le apoyaran con su primogénita. Dejó  al recién nacido a cargo de Benita, su cuñada quien casada con José Zamora, de oficio carpintero,  lo amaron como verdadero y único hijo.

 En el seno de un hogar humilde,  Obed  creció a lado de los que realmente fueron sus padres, mismos que le brindaron todo el cariño posible.  Sus recuerdos jamás estuvieron marcados por la ausencia de sus padres biológicos, por el contrario,  siempre se sintió inmensamente bendecido, a esa felicidad contribuyó que vivía  en una cuartería de la familia Díaz,  a la orilla del río en el centro de la ciudad en donde se juntaba la palomilla (Ver entrada en este blog: La infancia Feliz).   Realizó sus estudios elementales en la Escuela Enrique C. Rébsamen y los de segunda enseñanza en la Escuela Secundaria y de Bachilleres Manuel C. Tello, de la que años más tarde sería catedrático, con la materia de Higiene.

Un día cuando tenía trece años, tocaron la puerta de su casa  y al abrir, solo de verlo, supo que era su padre. Nunca antes lo había visto y se fundieron en un abrazo, estuvo solamente unos días, había venido a una gira política,  lo volvió a ver para comunicarle que había concluido  su carrera de medicina y que había decidido cambiar de forma oficial su apellido a Zamora en lugar de Castillo. 

Obed estudió en la Facultad de Medicina del puerto de Veracruz en donde se graduó en 1959. Cuando estaba cursando el tercer año de carrera,  se suscitó un problema familiar,  su madre había enfermado de cáncer y todos los recursos económicos  fueron enfocados hacia el tratamiento y traslados hacia la ciudad de México para que Benita se restableciera, es por eso que Obed dejó la facultad para abrir un consultorio médico en la ciudad de Veracruz y de esa manera  obtener los ingresos para ayudar a su madre. Allá en el puerto vivía con sus tíos Gelasio  Lima, capitán  de un Pailebot y  Guillermina Ávila  Pancardo, oriundos de estas tierras.  Al mejorar la salud de Benita, Obed continuó sus estudios hasta concretarlos.

En Potrero de Llano realizó su servicio social, por lo que la viajaba continuamente a Tuxpan para ver a sus padres y para llevar medicamentos a sus pacientes mismos que obtenía surtiéndolos en la Farmacia de Agustín Escudero, allí conoció a Silvia, quien posteriormente sería su esposa en 1964.  Años después ya radicado en Tuxpan continuó dando consulta en Potrero los días domingo ya que sus pacientes de aquel sitio así se lo pidieron.

  En 1962 realizó estudios de la especialidad en Pediatría en el Hospital Infantil Federico Gómez de la ciudad de México.  El Prof. Obed Castillo, su padre biológico,  tuvo otra familia con la profesora  Luz López Cadena, finados ambos,  quienes procrearon a Silvia, Gorki y Dora. En ese hogar, Obed fue huésped mientras terminó la especialidad y tuvo la oportunidad de conocer de manera más cercana a sus hermanos.

Ya establecido en este puerto, tenía su consultorio en la calle de Morelos, también ofrecía sus servicios en el Hospital Civil Dr. Emilio Alcázar, donde fundó la Sala de Pediatría trayendo las  innovaciones que había visto en el Hospital Infantil. Recibió el nombramiento de Director de dicho nosocomio, hizo una ardua labor de restructura en todos los sentidos, tanto de limpieza, como del personal que estaba en nómina sin devengar el sueldo. Fundó el primer sindicato de trabajadores y así mismo la Sociedad Médica Tuxpeña, cuyo objetivo era la continua capacitación de los médicos locales, trayendo ponentes de renombre científico.  Promovió la creación de la Sociedad de Esposas de Médicos, que sirvió como apoyo fundamental para las necesidades del hospital de aquel entonces- Fue Jefe de Servicio y médico adscrito en ese hospital por 43 años.

 Tomó diferentes cursos de su especialidad, tanto en el Hospital Infantil de México perteneciendo a su Asociación de Médicos. Por más de 30  años participó  en los Congresos Interamericanos de Infectología Pediátrica y de Sida en el niño siendo Delegado de la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica por el Estado de Veracruz,  posteriormente fue profesor nacional  de curso exponiendo algunos trabajos que le merecieron reconocimientos y un homenaje en 2006 por su trayectoria como pediatra infectólogo, habiendo hecho también cursos de dermatología. Fue el pediatra más conocido de Tuxpan y la región atendiendo también en la ciudad de Álamo Veracruz.

Desde que era muy joven fue entusiasta para escribir artículos médicos, sociales y deportivos   pero también culturales. Enviaba sus escritos desde Veracruz para ser publicados en el periódico la Tribuna de esta ciudad colaborando con sus amigos: Manolo Arvizu, Eduardo Deschamps y Miguel López Azuara.

En la década de los 80, se unió a la Sociedad de Rescate Histórico de Tuxpan y en 1992 el Cabildo de la ciudad de Tuxpan, presidido por  el Lic. Crisóforo Hernández Cerecedo le nombró su Cronista Oficial y Vitalicio en base a que reunió el perfil para así ser designado.
Desde esa fecha hasta el  2012 publicó, fruto de sus investigaciones históricas, numerosos trabajos sobre el rescate y la memoria histórica de la ciudad de Tuxpan.

En 1998 fue Presidente Fundador de la Asociación de Cronistas de Veracruz, cargo por el que es reelecto en tres directivas.  Participó con un trabajo dando una conferencia magistral en la Asociación de Cronistas de Veracruz cada seis meses. Fue miembro de la Asociación de Cronistas de Ciudades Mexicanas y colaboró por varios años con una crónica semanal en el Diario Noreste de Poza Rica, siendo también colaborador del Diario de Xalapa. Se presentó en diversos foros nacionales, locales y regionales conferencias magistrales en multimedia  sobre sucesos históricos de la ciudad de Tuxpan. Fue Investigador Nacional del Archivo de Indias de Sevilla, España y del Archivo General del Estado y del Archivo General de la Nación.

En una reunión de Cronistas realizado en 2008 en esta ciudad, Alejandro Contla Carmona, cronista de Texcoco,  dijo  lo siguiente: “En cualquier foro donde Obed Zamora se presenta, honra a su ciudad  y al honrarla la describe y  la disfruta, es un cronista que cree en él, porque lleva a Tuxpan metido hasta la médula de sus huesos. Así como los niños tuxpeños van a la playa a juntar conchas  de mar para después olvidarlas, así Obed, junta las historias olvidadas de personajes, calles, barrios, plazas y plazuelas de su puerto y ciudad para recordarlas, ha aspirado la fragancia del recuerdo para escribir la crónica de Tuxpan del ayer, del ahora y el del nunca acabar para eternizarse  y eternizar a su ciudad y puerto”.

Entusiasta, dicharachero, contador excelso de chistes,  con una memoria prodigiosa, para las fechas y acontecimientos, tenía también una habilidad muy especial para narrar historias de la ciudad, ocasionando grandes dosis de alegría a quienes lo escuchan. Apasionado de la buena música mexicana de antaño pero fanático del tango, fue miembro del Club Pozarricence  “Los amigos del Tango”, de quien era el maestro de ceremonias de los eventos que realizaban.  Gozaba la vida, siempre leyendo un libro, escribiendo la crónica, hablando en la radio, dando conferencias, regalando sus artículos; apasionado de su trabajo pero siempre pendiente de su familia,  casado con Aurea Silvia Escudero Bache, fue un amoroso padre de cinco hijos: Silvia Mónica, María Gabriela, Obed, Rodrigo y Brianda Zamora Escudero y nueve  nietas y nietos.

Fue director de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Tuxpan  durante  2011-2012. Publicó su libro TUXPAN, Las Crónicas de Su Ciudad y Puerto en Julio del 2012. Falleció en el seno de su familia  el día 5 de noviembre del 2012 a la edad de 78 años después de una enfermedad renal crónica que agotó su corazón.



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